Los quiebres como oportunidad.
- Paulina Rodríguez
- 22 ene 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 11 jun 2022
Por Paulina Rodríguez
22 de enero de 2019
Los quiebres son situaciones que ocurren inesperadamente en nuestra vida, y si somos capaces de mirar la situación como testigos, es decir, observar desde "fuera de la caja", estos quiebres pueden llegar a convertirse en nuestros mayores maestros.
¿Pero cómo hacemos para pensar de esta manera?. Es importante tomar consciencia de que si bien como adultos podemos tomar decisiones y gestionar nuestra vida a través de acciones hacia los objetivos que nos hemos propuesto, también, debemos integrar que no tenemos el control de muchas situaciones que ocurren. Por lo que muchas veces la vida nos empujará fuertemente para que despertemos, y sólo si somos inteligentes y fuertes de espíritu sabremos cómo gestionar estos quiebres de la mejor manera posible.
¿Oportunidad de qué?. De hacer mejor las cosas, de tomar nuevas decisiones para nuestra vida, desde mi formación como ingeniero, es inspirarse en la reingeniería, es decir, tomar una hoja en blanco y trazar nuevos procesos, nuevas formas de hacer las cosas, considerando el aprendizaje y la experiencia que tenemos a estas alturas de la vida, que se han forjado de los fracasos y los errores. De comenzar a reflexionar sobre preguntas que quizás nunca antes nos hicimos, preguntas más profundas acerca de la vida... De despertar del piloto automático en el cual vivimos sumergidos día a día, esa comodidad que aunque muchas veces es incómoda, es lo conocido...
¿Y para qué despertar? Para hacernos responsables de nuestra vida, porque es positivo crecer, comenzar a mirar la vida desde nuevas formas de pensar, es reconfortante ver con el tiempo en lo que nos podemos llegar a convertir como personas, el orgullo que se siente en el corazón cada vez que nos superamos a nosotros mismos no tiene precio. Y lamento decirles, que eso es más difícil que ocurra sino pasamos por tiempos de crisis y dolor.
Dejar fluir recursos que nunca pensamos que teníamos, porque de algo tenemos que estar seguros, y es que hay muchísimo potencial en cada uno de nosotros, pero no siempre logramos utilizarlo plenamente, menos aún si nunca nos arriesgamos a salir de nuestra zona de comodidad. Despertar para disfrutar más de la vida, de las cosas simples, de lo que sí tenemos y que por vivir en piloto automático no logramos ver y valorar. Despertar para comenzar a Vivir, todo lo contrario a sobrevivir.
¿Cuántas veces con el tiempo nos dimos cuenta que una experiencia negativa tuvo que haber ocurrido de tal manera; ya sea para nuestro crecimiento, para dar paso a mejores cosas en nuestra vida, o para abrir caminos hacia nuevos horizontes? (Por eso es importante mirar las experiencias bajo diferentes perspectivas).
Despertar para darnos cuenta de que es necesario vivir con los pies en la tierra, y crear en lo concreto una vida cada día mejor, para nosotros mismos y los demás, pero eso no implica que también podamos transitar el camino con una mirada más trascendente y que nos permita vivir en liviandad.
Despertar para humanizarnos, porque muchas veces necesitamos caer profundo para darnos cuenta de que no somos invencibles, y que por esta vida al final sólo vamos de paso... Pero como decía Gabriela Mistral al parecer “La humanidad es todavía algo que hay que humanizar”.
Con amor.
Paulina Rodríguez
Ingeniera y Life Coach
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